Meditación –  “Ángeles en el callejón” 

Se cuenta sobre una joven estudiante llamada Clara que todos los días para volver de la universidad a su casa debía pasar por un callejón, la ciudad donde vivía era pequeña y solo vivía a unas pocas cuadras del lugar donde estudiaba.

 Todas las noches al salir de la universidad camino a su casa, oraba a Dios para que la mantuviera salva de cualquier mal o peligro. Cuando llego al callejón que le servia como atajo decidió tomarlo para llegar más pronto a su hogar, sin embargo cuando iba a  la mitad, noto aun hombre parado al final del callejón esperando a que ella pasara.

  Clara se puso nerviosa y empezó a orar a Dios por protección. En ese instante un sentimiento de tranquilidad y seguridad la envolvió sintiendo como si alguien estuviera  caminando con ella, paso a paso llego al final del callejón y pasando justo enfrente del hombre, llego bien a su casa.

 Al siguiente día leyó en el periódico que una joven había sido abusada en aquel mismo callejón unos 20 min. Después que ella pasara por allí.

 Sintiéndose muy mal por esa tragedia Clara pensó que ella podría haber sido la victima y en ese momento comenzó a llorar dando gracias a Dios por haberla cuidado y le rogó al señor que la ayudara a la otra joven, sintiendo en su corazón que algo debía hacer decidió ir a la estación de policía, pensó que podría reconocer al hombre y les contó su historia. El policía le pregunto si estaría dispuesta a identificar al hombre que vio la noche anterior en el callejón, ella accedido y sin dudar reconoció al hombre en cuestión.

 Cuando el hombre supo que había sido identificado, se rindió y confeso.

La policía le agradeció a Clara por su valentía y le pregunto si había algo que pudieran hacer por ella, entonces Clara le respondió diciendo solo deseo que le pregunte al hombre por que no me ataco cuando pase por el mismo callejón; Cuando el policía le pregunto al hombre este contesto:

“Porque ella no estaba sola, había dos hombres altos caminando uno a cada lado de ella”

¿Que podríamos agregar después de esta historia?, simplemente “NO SUBESTIMES EL PODER DE UNA ORACIÓN”  En salmos Cáp. 34:7 nos anima “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende” ten presente que Dios tiene muchas cosas que ofrecer a aquellos que lo buscan, El compañerismo con Dios es una experiencia maravillosa. No estamos hablando de una condición especial, sino del gozo perdurable y la seguridad que encontramos cuando clamamos a Dios por protección; Pero la confianza en el señor solo se logra cuando diariamente cultivas momentos de intimidad, no creas que se obtiene en un instante, pero una vez que la tienes, nada en el mundo puede compararse con ella.

 Entonces ¿Por qué no tomar la oración en serio a partir de hoy?... Te invito a comenzar y así descubrirás el gozo de la intimidad con Dios dándote la garantía que cuando comiences a dedicar tiempo para la oración ya nada será igual en tu vida… Quizás en este momento sientas un leve impulso en tu corazón de arrodillarte y hablar con Él, o tal vez simplemente deseas salir en la oscuridad y caminar por el jardín o a la orilla de un camino y compartir tus secretos más profundos con el señor. Querido oyente esa pequeña vos que escuchas es Dios tocando a la puerta de tu corazón y diciendo: “¿Puedes salir y orar conmigo? Haré que valga la pena”. 

  Querido amigo hoy Jesús te esta llamando a un compañerismo intimo con el. Busca su rostro con todo tu corazón, y descubrirás que hay un lugar especial reservado para ti en lo profundo del corazón de Dios, Simplemente buscalo y no subestimes el poder de una oración.

Meditación: Cuando Dios no responde

Una antigua fábula rabínica nos cuenta acerca de un viaje que un Rabí realizó con un profeta llamado Elías. Tras un largo día de caminata, sucedió que al anochecer pasaban por una humilde cabaña, de un hombre muy pobre cuyo único tesoro era una vaca.

 El hombre junto con su esposa salió corriendo a recibirlos y darles la bienvenida a pesar de ser desconocidos y los invitaron a pasar la noche en su cabaña. Mostrando toda la hospitalidad que las circunstancias permitían, los dueños de casa les ofrecieron a sus invitados abundante leche de vaca y pan hecho en casa con mantequilla, y como si esto fuera poco, los hicieron dormir en la mejor cama, mientras que ellos se acostaron junto al fuego en la cocina.

Pero para sorpresa por la mañana, la vaca del hombre pobre estaba muerta.

 El rabí y el profeta continuaron con su viaje, caminaron todo el día siguiente, llegando por la noche a la casa de un rico comerciante. Esperaban ser reconfortados por su hospitalidad, pero el comerciante era orgulloso y frió, y todo los que les ofreció fue dormir en el establo de las vacas, y un poco de pan y agua. En la mañana no obstante cuenta la fábula, que Elías le agradeció a este rico comerciarte por lo que había hecho por ellos y envió a un albañil a reparar uno de sus muros que se estaba cayendo, como un gesto de agradecimiento por su bondad.

 El rabí, incapaz de guardar silencio por más tiempo, le rogó a Elías que le explicara el significado de sus acciones para con estas personas. “En cuanto al hombre pobre que nos recibió con tanta hospitalidad”, el profeta respondió, “estaba decretado que su esposa iba a morir, pero en recompensa por su bondad, Dios quito la vida del animal en lugar de la esposa. Repare el muro del rico altanero porque un cofre de oro estaba escondido cerca del lugar, y si el rico hubiera reparado al muralla por si mismo, lo habría descubierto. Por tanto no digas al señor: ¿Qué haces?, Sino piensa ¿acaso el señor no hace todas las cosas bien?

Querido oyente al reflexionar en esta fábula deberíamos ser más prudentes en nuestra habilidad para catalogar eventos como buenos o malos. Cuando decimos que algo es malo, por lo general nos referimos a algo que es desagradable o doloroso. Pero no podemos decir que aquello sea definitivamente malo o no, puesto que no podemos calcular las consecuencias eternas… Ahora piensa ¿ha perdido Dios alguna vez tu equipaje? ¿Ha fallado en concederte algo que le pediste dentro de los plazos que le estableciste? ¿Te pareció en algún momento que Dios no muestra la debida diligencia al hacerse cargo de las cosas que le encomiendas? Reflexionemos juntos en el libro de 1 Reyes 9:3 donde Jesús nos dice “Yo (Jesús) he oído tu oración y tu ruego que has hecho en mi presencia. Yo he santificado esta casa que tu has edificado, para poner mi nombre en ella para siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días.” Entiendes! Jesús escucha tu oración en el momento que la haces, pero el problema de las oraciones no respondidas, es en gran medida, un problema de tiempo. Queremos lo que queremos ahora, y pensamos que si Dios no nos responde de acuerdo con nuestra agenda, es porque no ha respondido a nuestra oración. Pero a veces la respuesta de Dios a nuestras oraciones es “Esperame un segundo”. Y si tan solo sabemos esperar obtendremos todo lo que esta determinado para nosotros. Pero recuerda, recuerda que en el tiempo apropiado de Dios, tendremos todo, porque Dios en su palabra nos dice que no solo ah oído nuestra oración sino que en nosotros, en ti estarán sus ojos y su corazón, no dudes en pedir a Dios teniendo la seguridad que nuestra historia nunca termina, porque nunca termina cuando Dios toma el control de ella.

Meditación - Cuando tus sueños se desvanezcan

Deseo en esta tarde que busquemos juntos en el libro de Salmos 23:2,3 que dice lo siguiente  “Jehová es mi pastor; nada me faltara.

En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto aguas de reposo me pastoreara”.

Un agricultor llevaba a su hijito a un lugar distante. Caminando llegaron hasta un puente en muy malas condiciones que pasaba sobre un río que llevaba aguas con una corriente muy fuerte. El niñito se volvió inquieto y un poco asustado.

-         Papá, ¿piensas que es seguro cruzar el río? –le pregunto.

-         Hijo, te tomare de la mano – le respondido el padre.

Así que el niño puso la mano sobre la del padre. Dando pasos cuidadosos cruzó el puente caminando a su lado. Así siguieron hasta llegar al destino. Eso sucedió a la luz del día.

Cuando regresaron, caía la sombra de la noche.

Mientras caminaban, el niño pregunto:

-Papá ¿que haremos al llegar al rió? ¿Qué va a pasar cuando lleguemos a ese viejo puente? Tengo miedo.

El agricultor que era grande y de fuerte musculatura extendió sus manos, levantó al pequeño en sus brazos y le dijo:

-Ahora quédate en mis brazos. Te sentirás seguro.

Mientras caminaba el agricultor con su preciosa carga, el niño se durmió profundamente.

A la mañana siguiente el pequeño despertó en su propia cama. El sol entraba por la ventana. No se había enterado siquiera que había sido llevado sano y salvo hasta el otro lado del puente que cruzaba aquellas aguas peligrosas.

Querido oyente cuando los días sean difíciles, cuando todo parece conjurarse contra nosotros, tengamos fe en Dios, quien lleva adelante sus designios y hace bien todas las cosas a favor de cada uno de sus hijos, así como el niño de la historia que confiaba en su padre al pasar por ese puente tan viejo, de la misma manera en todas las pruebas, tenemos un ayudador que nunca nos falta, el no nos deja solos para que luchemos con los problemas, y seamos aplastados por las cargas y tristezas, en todo momento aun en las tormentas y las crisis que debemos pasar Dios esta pendiente de cada uno de nosotros.

Querido oyente no dudes de llevar ante Dios tus necesidades, gozos, tristezas, cuidados y temores, recuerda que tu no puedes agobiarlo ni cansarlo. El señor que tiene contados los cabellos de tu cabeza, no es indiferente a las necesidades de sus hijos. Puedes tener la seguridad en esta tarde que si tu le presentas al señor tus problemas ninguna ansiedad podrá asaltar tu alma, ninguna oración sincera se podrá escapar de los labios sin que el padre celestial este al tanto de ello, sin que tome de ello un interés inmediato y como resultado encontraras sostén para ser más fuerte con su ayuda.

Ten presente que necesitamos confiar en Jesús diariamente, a cada hora, ya que nos ha prometido que según sea el día será nuestra fuerza. Por su gracia cada uno de nosotros podremos soportar todas las cargas del momento y así podrás cumplir con cada uno de tus sueños, ya que mientras descansamos en las manos del maestro nos encontramos más seguros a tal punto que no nos damos cuenta de todos los problemas por los que hemos sido llevados; simplemente por que muchas veces el señor nos toma en sus brazos y vamos durmiendo seguros, sin comprender nada.

Meditación – El buen hombre

   Quiero compartir el siguiente versículo que se encuentra en el libro de Salmos 55:22 donde encontramos las palabras del salmista que nos anima diciendo “Echa sobre Jehová tu carga, y el te sustentara; no dejara para siempre caído al justo”

 

Se dice que en medio del desierto se encontraban tres viajeros que hace semanas iban caminando por las arenas calientes, rumbo a una expedición, cada uno de ellos iban cargados con sus mochilas, llenas de objetos que serian de gran utilidad para este viaje, de repente en medio del camino se unió a ellos otro viajero, ninguno de los otros tres lo conocían, pero dejaron que este se una en la gran caminata hacía el punto de destino.

Caminar ya se hacía imposible no solo por el calor, sino porque al pasar los días se manifestaba en los viajeros el cansancio por las pesadas mochilas que llevaban. El desconocido hombre que se les unió en la caminata muy amigablemente se acerco a uno de estos viajeros y le ofreció llevarle la mochila hasta el punto de destino, el viajero al escuchar esta propuesta le dijo que no, que no permitiría que nadie cargue con sus cosas y menos con su mochila, muy triste intentando ayudar este hombre se acerco al 2do viajero y buscando ayudarlo con la pesada carga que este llevaba, el hombre lo miro y le dijo tu eres un desconocido, ¿que a caso me quieres robar?, aléjate de mi le dijo muy enojado. Este buen hombre no podía entender como al estar tan cansados por llevar sus pesadas cargas, podían rechazar la ayuda que les estaba ofreciendo… Ahora se acerco lentamente al ultimo viajero y con una sonrisa en su rostro le dijo te gustaría que te ayude a llevar tu pesada mochila, el viajero, lo miro sorprendido, pero feliz le dijo o claro que si, me Harías un gran favor, y así este buen hombre que se había unido a mitad de camino, fue por la larga caminata de el desierto charlando y cargando la mochila del 3er. Viajante sin cansarse, simplemente porque este buen hombre era Jesús…

Mientras andemos por la caminata de este mundo cada uno de nosotros tendremos cargas que llevar… Pero así como este hombre que se unió a los viajeros, Dios también en este día se acerca a ti y te ofrece llevarte aquella pesada mochila que tu estas cargando…tan solo debemos como el viajero aceptar su ofrecimiento y así caminar en la presencia de Dios, una presencia que es majestuosa, es indescriptible y sin límites; es un lugar que, no importa la situación en que el mundo anda, es siempre lindo y vigorizante caminar junto a el.

En él siempre hay una esperanza. Aunque no podamos ver el final del camino, sabemos que, si estamos en la presencia de Dios, podemos andar con fe.

La presencia de Dios es reposar en “verdes pastos”; No importa quien eres y lo que hiciste. ¡Es gracia disponible para todos!

¿Piensas que para llegar hasta la presencia de Dios todo es demasiado difícil?

¡Sabes, estas muy engañado! Basta un corazón sincero y fe. Debes tener la certeza de que Él está allí, listo para escucharte.

¿Consideras que esto es un desafió muy grande, que puede cambiar el rumbo de tu vida?

¡Ahora si acertaste! ¡Es realmente un gran desafió! Cuando tú experimentas la presencia real de Dios en tu vida, nunca más querrás salir de ella. Tus pies serán afirmados en la roca y tu corazón en Dios.

Querido amigo/a Él señor te ésta esperando… ¡allí mismo donde estas! Él esta a tu lado, mirándote… deseando que le permitas llevar tus cargas;

No lo olvides Dios promete darte fuerzas, promete despejar tu camino y llenarte de paz, simplemente ten presente que cuanto más pesadas sean tus cargas, más dulce y benéfico será tu descanso al echarlas sobre aquel que se ofrece a llevarlas por ti, ¿Qué le vas a responder?. Hoy el te dice: HECHA SOBRE MI TUS CARGAS, QUE YO TE SOSTENDRE, YO TE SUSTENTARE; NO PERMITIRE, NO DEJARE QUE TU CAIGAS Y QUEDES ABATIDO PARA SIEMPRE.